Guido Mainero le dio la gloria a Platense en el Madre de Ciudades

El delantero Guido Mainero convirtió un gran gol en el triunfo de Platense sobre Huracán por 1-0, en la final del Torneo Apertura 2025 disputada esta tarde-noche.

Con el estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero como escenario, el atacante de 30 años conectó una volea maravillosa desde el costado derecho del área, con un zurdazo que viajó hasta el segundo palo, lejos del alcance del arquero Hernán Galíndez.

Con su tanto, el “Calamar” levantó la primera copa de su historia, además de que se garantizó la participación en la próxima edición del Trofeo de Campeones y la próxima Copa Libertadores.

El extremo Guido Mainero ingresó en las páginas más doradas de la historia de Platense, al convertir el gol que le dio el primer título de Primera División de su historia.

La historia de vida del goleador no está libre de sacrificios. Cordobés, Mainero hizo inferiores desde los siete años en el club Instituto, actualmente en Primera División, en donde comenzó jugando como delantero y, con los años, fue retrasando su posición en el campo. Además, apenas terminó la educación secundaria, tuvo que trabajar en una fábrica de juntas y arandelas.

Llegó al plantel de Primera en el año 2014, siendo su debut en un partido como visitante ante Boca Unidos, en el que la “Gloria” perdía por 1 a 0 pero pudo remontar después del ingreso del atacante.

Tras tres años en los que no logró el objetivo de ascender a Primera División con el club de su infancia, al extremo le llegó la oportunidad de dar el salto a la máxima categoría por su cuenta, con Vélez comprando su pase en inicios de 2018.

En el “Fortín”, Mainero tuvo algunos problemas para conseguir continuidad en cancha. Siendo utilizado en ambos extremos del frente de ataque, Mainero jugó 14 partidos durante el año, alternando titularidades con suplencias y salidas de la convocatoria, hasta que fue prestado a Defensa y Justicia al año siguiente.

Con su llegada al “Halcón” pudo marcar su primer gol en la máxima categoría del fútbol argentino, en un triunfo por 4-1 ante Talleres, pero una vez llegada la pandemia el fútbol se cortó. Después de su regreso, el delantero fue cedido nuevamente, esta vez a Deportes Iquique de Chile, donde marcó dos goles en 12 encuentros.

Un nuevo préstamo llegaría en mediados de 2021, cuando el jugador llegó a Sarmiento de Junín. Con 38 partidos y tres goles, hasta que una rotura de ligamentos cruzados lo alejó de las canchas.

Pocos meses después de su vuelta a la actividad, su préstamo con el “Verde” venció y recibió la noticia de que Vélez no le iba a renovar el contrato. Como jugador libre, Mainero volvió al club que lo vio nacer y firmó con Instituto nuevamente.

Su vuelta a la “Gloria” duró apenas seis meses. Habiendo disputado la Copa de la Liga 2024 y a pocos días del inicio de una nueva pretemporada, el delantero recibió un aviso de parte de su representante, informándole que su contrato había sido rescindido.

Nuevamente libre, Mainero recaló en Platense con la Liga Profesional de 2024 ya comenzada. El extremo fue considerado como titular desde su llegada por la dupla técnica Favio Orsi – Sergio Gómez, disputando 21 partidos y marcando cuatro goles.

Ya en 2025, Mainero conservó su lugar privilegiado en la convocatoria, marcó tres tantos en 16 partidos durante la fase regular del Torneo Apertura y llegada la fase final, tras eliminar a Racing, River y San Lorenzo, el delantero Guido Mainero ejecutó una volea sensacional, que le dio a Platense el primer título de su historia en la Primera División del fútbol argentino.

Platense consiguió una hazaña inolvidable en Primera

El Calamar venció a Racing, River, San Lorenzo y Huracán para lograr el primer título profesional de su historia. Una historia de fe, barro y redención.

La historia de Platense campeón del Torneo Apertura 2025 es, ante todo, una historia de reconstrucción, convicción y sueños realizados. Apenas cuatro años después de haber regresado a la máxima categoría del fútbol argentino tras años de penurias en el ascenso, el club de Vicente López levantó por primera vez una copa profesional en su historia.

Lo hizo sin estrellas rutilantes ni cheques millonarios: lo logró con un equipo de guerreros curtidos en el barro del ascenso, que vencieron a Racing, River y San Lorenzo en los playoffs todos en condición de visitante, antes de gritar campeón en Santiago del Estero frente a Huracán.

El recorrido del “Calamar” en esta campaña fue tan heroico como inesperado. Pocos lo colocaban entre los candidatos cuando arrancó el torneo. Pero la solidez del grupo, la confianza construida desde lo institucional y el temple en los momentos decisivos terminaron escribiendo una gesta inolvidable.

En un país donde el fútbol a veces parece reservado para los poderosos, Platense rompió el molde con trabajo, humildad y hambre. La emoción se desbordó no solo en las tribunas sino también en la voz de su presidente, Sebastián Ordóñez, quien recordó que en 2016, el club estaba al borde del descenso a la Primera C:Era un club devastado por donde lo quieras mirar”.

El equipo campeón 2025 es un manifiesto vivo del fútbol de ascenso. Desde el arco hasta los delanteros, la base está compuesta por futbolistas que hicieron sus primeras armas en categorías menores, en clubes humildes, o que llegaron a Vicente López buscando una segunda oportunidad.

El arquero Cozzani (ex Maipú), los defensores Saborido (Villa San Carlos), Vázquez (All Boys), Silva (Atlanta) y Salomón (Boca), el mediocampo con Herrera (San Martín de Tucumán), Mainero (Instituto) y Picco (Arsenal), y los atacantes Ronaldo Martínez (Resistencia de Paraguay) o Ignacio Schor, hijo pródigo del club, conforman una formación que emociona por lo que representa: esfuerzo, lucha, y redención.

No menos impactante fue el camino hacia el título: octavos de final en Avellaneda ante Racing, cuartos en el Monumental ante River, semifinales en el Nuevo Gasómetro contra San Lorenzo y la final en Santiago frente a Huracán. Todos como visitante.

Todos con dientes apretados, sin perder la fe. La dupla técnica Orsi-Gómez que se conoció en Fénix, pura del ascenso argentino, consolidó un grupo que supo sufrir, y cuando pudo soñar, no se achicó. “No es casualidad, es causalidad”, sentenció el presidente Ordoñez, sintetizando una década de trabajo colectivo que culminó en una hazaña impensada.

Platense no solo se consagró campeón, hizo historia. En tiempo récord, pasó de pelear el descenso en la C a levantar una copa en Primera. Lo hizo sin promesas vacías, sin padrinos políticos ni billeteras salvadoras.

Lo hizo con jugadores olvidados, técnicos que creen en el esfuerzo y se criaron en el ascenso, dirigentes que aman al club y una hinchada que nunca soltó la mano. Lo que sucedió en 2025 no fue un milagro, fue el premio a no haberse rendido jamás.